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    2019-04-29

    Se podría decir que el texto de Mendoza supone una reflexión acerca de la capacidad modelizadora y narcotizante de Pedro Páramo (en adelante PP). De hecho, es la historia de un hombre llamado Nicolás Pureco, que sufre de una aparente pérdida de memoria y que se obsesiona con la reconstrucción de los huesos-piedras del personaje Pedro Páramo. Ese es uno de los hilos fundamentales que Cóbraselo caro añade purchase Z-IETD-FMK PP. Esta última novela no toma como objeto de reflexión el poder modelizador de la literatura. En cambio, la primera sí, haciéndose la siguiente pregunta: ¿Qué puede hacerle la literatura a un hombre o a una mujer? En eso la pregunta de Élmer Mendoza es la misma que se hace la crítica como sabotaje: ¿Qué puede la literatura y el discurso en general? Al plantear esta cuestión, Cóbraselo caro construye un doble espejo: en el nivel de la historia narrada cuenta lo mismo que le ha sucedido a la enunciación: Nicolás (y otros personajes que rondan por los pueblos fantasmagóricos de México con un ejemplar de Pedro Páramo) está tan obsesionado con Pedro Páramo, como lo está Élmer Mendoza. En consecuencia, Cóbraselo caro (en adelante Cc) representa el gesto auto-reflexivo de un texto literario en torno al poder performativo del discurso literario. Y por eso mismo puede ser considerado un texto “cervantino”.
    Comencemos por los títulos. Estos presentan una gran variedad funcional, mantienen una relación extraña con el llamado “texto principal”, máxime cuando, como ocurre en este caso, el título de la novela de Mendoza está extraído de unas palabras que la madre de Pedro Páramo le dice poco antes de morir y le conmina a ir a Comala: “No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio… El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro” (Rulfo: 65). La intertextualidad de Cc con PP consiste en ubicar como título las palabras del personaje de esa novela, pero esa repetición no se limita a una simple reproducción. Es toda una declaración de intenciones en torno al modelo de mundo que va a presentar la novela de Mendoza, que va a hacerle tomar una dirección distinta a la de PP. Lo primero que designa el título es que Cc es, en dos niveles, el resultado de la acción performativa de PP. En un primer nivel, el autor Élmer Mendoza ha sufrido las consecuencias de la lectura y relectura de la novela de Rulfo, hasta el extremo de hacer un alto en el camino de su producción literaria, muy centrada en la temática del narco en México y Estados Unidos. Entre el zurdo Mendieta y David Valenzuela, se cuela Nicolás Pureco. Entre El amante de Janis Joplin (2001), Efecto tequila (2004) y Balas de plata (2008), e incluso Nombre de perro (2012), aparece esta breve novela que viene a Site-specifix recombination alterar (sabotear, diremos después, auto-sabotear) el modo de significación, el silogismo y el modelo de mundo del resto de su obra. En un segundo nivel, el personaje de Nicolás Pureco ha sufrido unas consecuencias catastróficas a causa de la lectura de PP. Así lo describe su mujer en el estilo indirecto libre empleado por la narración: He aquí descrito con detalle uno de los puntos esenciales de la crítica como sabotaje: el silogismo imaginario propio de la literatura y el arte posee la capacidad apelativa, incitativa y performativa de modificar la subjetividad y el comportamiento de quienes entran en contacto con esos dispositivos. Lily asegura que “su esposo no era el mismo”, que anda metido en el empresa de hallar el cuerpo de Pedro Páramo, y hasta le pregunta si se está metiendo alguna cosa. Ella ha detectado el poder narcótico de esa novela, y la forma en que la mente, el cuerpo y los actos de su marido se han visto modelizados y tranformados (“eviden-temente su transformación era radical”, piensa el propio Nicolás [89]). La narración confirma, sin ningún género de dudas, cómo comenzó el desequilibrio de Nicolás: “simplemente leyó la novela siete veces” (39), un síntoma excepcional debido a que, tal y como sigue poniendo de relieve el narrador, no tenía ninguna afección por los libros hasta el momento en que se encontró con PP. En eso, la diferencia con Alonso Quijano es importante puesto que este sí tenía la afición por la lectura desde tiempo atrás. Pero en este segundo nivel, la novela va más allá: hace la genealogía de esa capacidad modelizadora de PP. En realidad todo empezó con sus padres, el día en que encargado de trasladar sus cuerpos a México revisa la casa donde vivieron y se encuentra con un ejemplar de la novela de Rulfo: Este fragmento pone en relación el modelo de mundo discursivo de Pedro Páramo y el modelo de mundo naturalizado de los personajes, que más allá de saber leer (Paul de Man decía que no hay que dar por supuesto la posibilidad de la lectura), saben leer muy bien porque Pedro Páramo les confirma su modelo de mundo. Al parecer, y al contrario del planteamiento demaniano, los lectores comprenden muy bien los textos que leen.